En este blog hemos hablado de cómo nos afectan los sesgos psicológicos a la hora de invertir. Ahora vamos a tratar de dar una serie de consejos y recomendaciones para que nuestras inversiones no se vean perjudicadas por nuestras emociones.
Como primer consejo, el mundo de las inversiones está influido por dos tipos de emociones: el miedo y la avaricia. Las decisiones que más pueden beneficiar a un inversor a largo plazo son las que se tomen en ausencia de tales emociones.
Corto plazo vs largo plazo
En términos generales, todos deseamos recibir recompensas lo más pronto posible y aplazar las tareas más desagradables. Por ejemplo, si te preguntan el 1 de febrero si prefieres realizar un trabajo desagradable de siete horas el 1 de abril o un trabajo desagradable de 8 horas el 15 de abril, la gente preferirá el trabajo menor el 1 de abril. Sin embargo, si se hace la misma pregunta el 1 de abril por la mañana, la mayoría preferirá retrasar el trabajo hasta el día 15, aunque signifique trabajar más. Llevado a la inversión, las personas prefieren ganar inmediatamente 50 euros antes que ganar 100 dentro de dos años. Por el contrario, casi nadie prefiere ganar 50 euros dentro de 4 años en vez de ganar 100 dentro de seis años y, sin embargo, el resultado es el mismo que en el caso anterior, pero con un horizonte temporal desplazado cuatro años. Para evitar que nuestros deseos a corto plazo influyan en el largo podemos hacer lo siguiente:
– Autocontrol: Si quieres hacer dieta, lo más adecuado es que, cuando vayas al supermercado, no compres aquellos dulces, bollos o refrescos que van a evitar que adelgaces. Con las inversiones hay que hacer lo mismo: detectar aquello que nos puede influir negativamente y evitar hacerlo. Por ejemplo, si te pone nervioso mirar la bolsa a diario, porque no aguantas estar en pérdidas, lo recomendable es que las mires una vez cada 15 días o una vez al mes.
– Crear reglas: Si te propones que el 5 de cada mes vas a aportar dinero al fondo, mantenlo. Si te has propuesto ahorrar un 10% de tus ingresos al año y te encaprichas de algo, recuerda que te propusiste ese 10%.
Debes detectar aquello que influye negativamente a la hora de invertir y no hacer trampas al solitario. Te aconsejamos que vayas a nuestro artículo del blog para repasar todos los sesgos que hay de vez en cuando o que te crees una lista con tus palabras para que los recuerdes mejor y sobre todo para poner especial énfasis en los que creas que más afectan a tus emociones.
Saber por qué estamos invirtiendo
Es importante tener un objetivo claro y realista, y no una razón vaga como invertir en bolsa para “forrarme”. Ya sea dinero para la jubilación, para comprarse una casa o para irme de vacaciones es importante tener clara la meta de nuestra inversión. Desde Micappital te ayudamos a invertir en función de tu perfil de riesgo y de tu objetivo. Solo cobramos si te hacemos ganar dinero, por lo que nuestros intereses se alinean totalmente con el de nuestros clientes.
Por ejemplo, aquí hablamos sobre cuánto dinero necesitas para jubilarte. Si tus cálculos son complementar la pensión con 500€ al mes debes realizar una ruta realista que te ayude a conseguirlo y no salirte de ella cuando gobiernen tus emociones. Así podremos:
- Centrarnos en el largo plazo y tener en cuanta el cuadro general.
- Controlar y medir nuestros progresos.
- Determinar si nos estamos comportando de manera adecuada a nuestros objetivos.
Diversificar
Si has leído más artículos, sabes que desde Micappital recomendamos diversificar para protegerse de los riesgos. Para ello hay que seleccionar fondos que están bien diversificados tanto en sectores como geográficamente. Es habitual que el inversor español se centre en invertir solo en España, en parte porque los bancos venden ese tipo de fondos con comisiones altas, en parte porque lo cercano es lo que más conocemos. Sin embargo, cuando llegue una recesión, no estás diversificando puesto que tantos tus inversiones como tu trabajo dependen de España. Diversificar no garantiza que cuando llegue la recesión tu cartera no sufra, pero habrá países que se recuperarán antes, y otros que les afecte algo menos y tus ahorros podrán multiplicarse antes de que se recupere tu país.
Consejos finales para evitar que las emociones nos afecten
Los foros de debate y las noticias que se publican solo sirven como medio de distracción y alimentan el sesgo de confirmación y el exceso de confianza. Aunque no queremos que no participes en la comunidad inversora, sí es importante que sepas que estos sesgos influirán en tus decisiones de inversión.
Evita comprar acciones o fondos que no encajan con tus criterios habituales o de los que no tienes conocimientos para entender lo que hacen: Si compras sin que te asesoren bien o sin disponer de la suficiente información, cuando las cosas vayan mal te afectará el miedo y no podrás cumplir tus objetivos a largo plazo, o al revés, cuando vayan bien no sabrás si debes mantener o vender y la avaricia entrará en juego.
No te obsesiones con la rentabilidad de los demás. Habrá gente que se enriquezca más rápido que tú pero que eso no influya en asumir más riesgos. Una cosa es revisar la estrategia y otra que, porque otros lo hagan mejor que tú un año, implique salir del camino marcado. Con obtener una rentabilidad parecida a la media del mercado, debes sentirte satisfecho.
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