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La educación es la base de las sociedades del futuro. Lo que un joven aprende a lo largo de toda su etapa educativa marcará, sin ninguna duda, la esencia que le definirá personal y profesionalmente el día de mañana.

La educación es esencial para reducir la pobreza y fomentar un crecimiento económico sostenible: cada año adicional de educación está asociado a un PIB per cápita un 13%-35% mayor.

La educación de calidad no está al alcance de todos. Más de 262 millones de jóvenes en edad escolar no van a la escuela, seis de cada diez niños no adquieren capacidades básicas de lectura, escritura y cálculo tras varios años en la escuela y 750 millones de adultos son analfabetos.

Hoy, muchos centros escolares preparan a sus alumnos para adquirir conocimientos, habilidades y destrezas que van mucho más allá de las materias básicas que aprendían en las aulas generaciones anteriores: idiomas varios, programación y robótica, oratoria y comunicación social, iniciativa emprendedora, aprendizaje cooperativo, resolución de problemas…

Sin embargo, la educación cambia de forma muy rápida adaptándose a la evolución de la sociedad y a las nuevas tecnologías.

La educación es una industria que afecta de forma diferente a cada país y cada cultura, depende mucho del estado de una sociedad y sobre todo influye mucho en su futuro.

Cada país tiene sus propios sistemas de enseñanza, y sus temarios son muy distintos, por eso la disrupción en este sector está siendo tan importante.

Los países emergentes tienen poco apoyo para financiar sus sistemas educativos, son los propios ciudadanos los que hacen el esfuerzo para financiarlo y necesitan un mejor acceso a la educación para hacer frente al incremento de su clase media.

Por otro lado, en los países desarrollados el problema no es el acceso a la educación sino perfeccionar esa formación para que cuadre con las necesidades del mercado laboral.

Hablamos de un sector que ha evolucionado muy poco en los pasados 40 años, pero estamos viendo un cambio drástico desde hace 5 o 6 años dónde la tecnología está cogiendo un papel muy relevante.

El objetivo de ONU es conseguir ampliar las oportunidades educativas en el Mundo.

La tecnología es uno de los grandes aliados en esta causa, hace accesible la educación a todo el mundo, democratiza el acceso a una educación de mucha calidad y permite una gran especialización.

La pandemia ha sido el gran detonante de este sector, que está viviendo su gran momento de cambio y crecimiento.

El gasto global en tecnología para la educación sigue siendo muy bajo por parte de los gobiernos de los países.

Pero, están siendo los propios centros educativos los que más esfuerzos están poniendo por digitalizar el sector.

Nuestro futuro, y el futuro de nuestra sociedad también van a depender en gran medida de los esfuerzos que hagamos por mejorar los conocimientos y las habilidades de las personas.

En definitiva, el aprendizaje es un proceso que nunca llega a su fin, ni siquiera para los expertos. Y cuanto antes comience, mejores frutos podrá regalarnos a lo largo de todo el camino.

Todos somos conscientes hoy de la importancia de que nuestros jóvenes adquieran destrezas y conocimientos de cara a prepararse bien para su trayectoria profesional.

¿Qué significa invertir en educación? ¿Cómo se invierte en mejorar la educación?

Hay varias formas de invertir en educación, pero la que más nos gusta tanto por rentabilidad como por el impacto que genera en el planeta es hacerlo a través de empresas que tienen como objetivo crear un impacto social positivo.

Nuestra función desde Micappital ECO es encontrar productos que busquen ese tipo de empresas que van a permitir revalorizar nuestra inversión a la vez que luchan por mejorar el acceso y la calidad de la educación, la eficiencia de recursos y soluciones para reducir el coste.

Dentro del sector de la educación nos fijamos mucho en empresas crezcan en el ámbito de gestión de programas online que permiten reducir el coste del aprendizaje, al tiempo que facilita el acceso.

Otras empresas de tecnologías educativas están mejorando la eficiencia y la eficacia del aprendizaje mediante inteligencia artificial, nuevas soluciones de software capaces de controlar la educación online.

Solidaridad + Rentabilidad

La inversión de impacto y sostenible nos permite buscar este tipo de combinaciones, rentabilidad y solidaridad con el planeta.

La educación es uno de los objetivos de desarrollo sostenible fijados por la ONU para 2030.

Poder invertir en todas estás empresas que están cambiando el futuro de la educación es una alternativa muy interesante para una cartera bien diversificada y supervisada.

Es una inversión con un impacto positivo en el planeta muy significativo y con una rentabilidad a largo plazo que puede ser muy interesante.

Esta es una razón más para no tener el dinero parado en la cuenta corriente mientras no lo estás usando.

Siempre hay que hacerlo de forma profesional y responsable, y recomendamos que siempre sea de forma diversificada y en productos líquidos, para que cuando necesites ese dinero puedas disponer de el sin ninguna penalización.

La inversión en educación es una de las temáticas sobre las que asesoramos desde Micappital ECO, apoyando los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU a la vez que busca generar rentabilidad.