El reto de los gobiernos es conseguir tres objetivos que son muy complejos: crecimiento económico, mantener o mejorar el nivel de vida de las personas y luchar contra el cambio climático.
Es difícil conseguir alcanzar cualquiera de los tres objetivos, pero es aún más difícil tener que conseguirlos de manera simultanea.
En esta situación tan compleja nos encontramos ahora mismo, no vale el crecimiento por encima de todo, como lo hemos visto durante muchos años. No vale crecer a costa de condenar el futuro del planeta.
Crecimiento si, pero crecimiento de calidad.
Somos más y vivimos durante más tiempo, y esto además ha sido un cambio muy brusco por la velocidad en la que se ha producido. No hemos tenido una planificación que nos haya permitido gestionar los recursos de una manera eficiente para poder abastecer a la población.
Esta falta de previsión, es una de las principales razones que han provocado un gran desgaste al medio ambiente, hemos priorizado poder viajar rápido y barato, tener comida en el supermercado de forma inmediata en cualquier época del año, producir materiales ligeros y baratos o crear riqueza mucho antes que cuidar el planeta.
El cambio climático es un problema muy complejo de solucionar que afecta al planeta de muchas maneras, pero que es tremendamente perjudicial para nuestra salud y con graves consecuencias en el futuro del planeta y la población.
El gran enemigo del planeta son las emisiones de dióxido de carbono y los gases de efecto invernadero que emitimos a la atmosfera en la producción industrial, la agricultura o el simple crecimiento de la población mundial.
Por eso, los gobiernos están poniendo incentivos para reducir la huella de carbono y el impacto negativo que produce nuestra sociedad en el planeta.
Pero no solo es necesaria la acción de los gobiernos para mitigar y reducir las emisiones, estamos en un punto tan avanzado que no vale con reducir las emisiones para solucionar el problema.
Tenemos que conseguir alcanzar la neutralidad en las emisiones, no vale con reducir el impacto, solo nos vale eliminar el impacto.
Estamos llenando un vaso de manera muy rápida, y está muy cerca del borde, reducir las emisiones implica seguir llenando el vaso aunque más despacio, pero al final ese agua se saldrá. Por eso, solo nos vale pararlo por completo.
Para conseguir este reto tan complicado es necesario todo el esfuerzo de los gobiernos y las empresas, pero también de las personas.
Por esta razón la inversión sostenible y de impacto es una de las formas más sencillas para que todos podamos poner nuestro granito de arena en esta lucha tan compleja, mientras buscamos rentabilidad para nuestros ahorros.
¿Qué significa invertir en Clima? ¿Cómo se invierte en el cambio climático?
La inversión de impacto nos da una oportunidad para apoyar como inversores a las empresas que tienen la misión de construir el futuro, con soluciones climáticas que están cambiando el mundo.
Hay varias formas de invertir en el clima, pero la que más nos gusta tanto por rentabilidad como por el impacto que genera en el planeta es hacerlo a través de empresas que tienen como objetivo crear un impacto climático positivo, y buscan parar la emisión de los gases de efecto invernadero.
Las nuevas tecnologías que utilizan los recursos de forma más eficiente, fuentes energéticas verdes, o empresas cuyo objetivo principal es una actividad que protege el clima y el planeta, son algunos ejemplos de inversiones que tienen sentido tanto por el impacto positivo que generan como por la rentabilidad potencial que se puede obtener en ellas.
Nuestra función desde Micappital ECO es encontrar productos que busquen ese tipo de empresas que van a permitir revalorizar nuestra inversión a la vez que luchan por mejorar la protección del clima, la eficiencia de recursos y soluciones medioambientales.
Dentro de este sector nos fijamos mucho en empresas que sean capaces de reducir las emisiones de CO2 dentro de sus procesos productivos, que no tienen tienen reservas de petróleo, gas o carbón, y que tienen un enfoque de uso muy eficiente de los recursos.
La tecnología es un gran aliado para este tipo de empresas que tiene un objetivo proteccionista con el planeta, gracias al desarrollo de estas nuevas tecnologías se puede hacer un uso más eficiente de los recursos.
Tiene sentido que los clientes demuestren un mayor interés en comprar productos fabricados de forma sostenible y que protegen el medio ambiente frente a productos que no tienen ese objetivo sostenible.
Esta situación provoca que en los próximos años esas compañías tengan más clientes, más facturación y más beneficios si están gestionadas correctamente, por ello valdrán más dinero. Los inversores se van a ver beneficiados de esta situación con la revalorización de sus acciones.
Solidaridad + Rentabilidad
La inversión de impacto y sostenible nos permite buscar este tipo de combinaciones, rentabilidad y solidaridad con el planeta.
La acción por el clima es uno de los objetivos de desarrollo sostenible fijados por la ONU para 2030, es el objetivo 13.
Poder invertir en todas estás empresas que están cambiando el futuro de la protección del entorno y el clima es una alternativa muy interesante para una cartera bien diversificada y supervisada.
Es una inversión con un impacto positivo en el planeta muy significativo y con una rentabilidad a largo plazo que puede ser muy interesante.
Esta es una razón más para no tener el dinero parado en la cuenta corriente mientras no lo estás usando.
Siempre hay que hacerlo de forma profesional y responsable, y recomendamos que siempre sea de forma diversificada y en productos líquidos, para que cuando necesites ese dinero puedas disponer de el sin ninguna penalización.
La inversión en clima es una de las temáticas sobre las que asesoramos desde Micappital ECO, apoyando los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU a la vez que busca generar rentabilidad.
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